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Viajes de fin de curso, o cómo sobrevivir a 25 aprendices de delincuente.

Ay el mes de mayo, qué buen mes! A todo el mundo le gusta mayo, verdad?
Oh, mes de mayo! Mes de las flores, de la alegría!
Oh, mes de mayo!Los pajaritos cantan, las nubes se levantan..

Meeeentiiiiraaaaaa! Mentira, mentira, mentira podrida! Mayo es un auténtico infierno para nosotros. Los niños empiezan a invadir el tubo, el avión empieza a oler a sobrasada y lo peor es que los adolescentes instituteros se van de viaje de fin de curso.
Durante mayo y junio todos los tcp´s rezamos porque en nuestra programación no aparezca PMI ,IBZ ,AGP 0 ALC.  Y lo peor es cuando en el mismo día, te tocan dos códigos mágicos tipo MAD-PMI-VLC-IBZ-VLC (Madrid-Palma de Mallorca- Valencia-Ibiza-Valencia)

No sé…imagino que yo también habré pasado por la etapa caótica en la que creía que me podía comer el mundo, pero estoy convencida de que jamás he llegado al punto de descaro y mala educación que demuestran algunos pequeños delincuentes.
Podría recordar muchos vuelos de fin de curso en el tiempo que estuve volando, pero tengo uno grabado a fuego porque cuando aterrizamos y abrí puertas, se me pasó por la cabeza empezar a desembarcarlos sin esperar a las escaleras.
Era un Madrid-Ibiza en un avión de 50 pasajeros. De los 50 pasajeros, 25 eran instituteros de la ESO y 5 eran responsables de los instituteros.

Mientras esperaba a que el comandante me diera el ok para empezar el embarque, me dió tiempo a analizar a los 25 personajillos se agolpaban en las escalerillas del avión. Cada uno en su línea.
Uno discutía con la coordinadora porque le había mandado apagar el «cigarrillo» que acababa de encenderse.
Otra intentaba comerse a uno de los chicos mientras se sobaban delante de sus compañeros. Y un grupito de 5 o 6 cantaban una especie de himno lúdico-festivo sobre cervezas y playa.

-Capi, creo que vamos a tener un vuelo muy ameno
-Bueno, paciencia y si se pone fea la cosa, avísanos. Take it easy, Lucy! Puedes empezar el embarque.
… … … …
-Buenas tardes!;  Hola, buenas tardes! ;  Hola! ;  Bievenidos, buenas tardes!
Uno-de-los-25: Ey! Se puede fumar aquí?
-No, lo siento! Pero el vuelo es muy cortito, no se preocupe… Buenas tardes!; Hola!
Dos-de-los-25 (mirando a mi compañera): buuuuh, cómo está ésta!
-Por favor, no se paren en el pasillo. Buenas tardes!; Hola, buenas tardes!
Uno de los responsables de los 25: Por favor no les sirváis alcohol que si no…
-No se preocupe caballero, intentaremos que no prueben ni una gota.

Increíblemente, los instituteros son los únicos que atienden a toda la demostración de seguridad. En cuanto ven que la azafata se pone en medio del pasillo se quedan anonadados y además, aplauden como posesos cuando acaba la demo.

En cuanto sacamos el carro al pasillo, empezó el show:

– Hola. ¿Qué desea tomar?
– ¿Es gratis?
– Sí señor.
– ¿ Y qué hay?
– Zumo de naranja, de piña, de tomate, de melocotón. Coca-Cola, Fanta Naranja, Fanta limón, tónica, agua, agua con gas, cerveza sin alcohol…
– ¿Y Ron no tienes?
– Sí tengo, pero no tengo permiso para servírselo.
Putos Endemoniados profetas. Siempre dando por culo  fastidiando al personal, colega!
– Bueno…un zumito?
– Sí y pórtate chica, ponme un Ron pa mi y otro pal Sergio.
– No puedo servir alcohol a menores de edad, lo siento.

Mientras tanto, mi compañera se dedicaba a decirle a dos dulces niñas de 17 años que los chicles se tiraban en la papelera, y no se pegaban en las revistas Aladierno. Y mientras yo le daba una almohada al único que parecía un poco decente de los 25, el individuo de antes y su colega Sergio se sirvieron a gusto unas 3 botellitas de Ron y 1 de ginebra.

-¿Han cogido botellas del carro?
– No. Yo no.
– ¿Y por qué está abierto y faltan 4?
– No sé. Nosotros no fuimos…
– ¿Saben que coger artículos del avión sin consentimiento está penado?
– ¿Por quién? ¿Por tí, nena?

Obviamente, no me seguí peleando con ellos. Hasta cierto punto era normal que no les impusiera demasiado una sobrecargo de 22 años…
Después de repetir 10 o 12 veces que no iba a servir alcohol, de regañar a uno porque estaba jugando con la bolsa del chaleco salvavidas, después de llamarle la atención a otro que bromeaba con que llevaba marihuana y se iba a fumar un «porrinchi» en el baño, de pedirle un par de veces de manera amable y otro par de manera poco amable a una parejita que bajara la música hardcore que llevaban puesta, y de pedir disculpas a  los otros 20 pasajeros que viajan felizmente a la isla, pude por fin recoger el servicio a bordo.

Durante el descenso, conté hasta 5 que se desabrocharon el cinturón y se levantaron tan panchos a coger sus bolsas en el rack. A otro le sonó el móvil en la fase de aterrizaje a escasos metros del suelo, y en el tono de voz en el que hablaba, todos los que estábamos allí dentro nos enteramos de su conversación. Obviamente, sobra decir que los 25 se levantaron de sus asientos y se quedaron de pie cuando todavía estábamos rodando en pista, sólo unos segundos después de que el avión tocase suelo y pese a mis continuos avisos de que permanecieran sentados.
Era como hablar con una pared…estaban demasiado ocupados encendiendo sus nokia 3200, como para escuchar a la azafatilla.

Por supuesto, porque la Ley de Murphy se convierte en Código en el mundo de la aviación, la jardinera (el autobús que lleva a los pasajeros desde el avión a la terminal) tardó más que nunca en llegar. Así que esos 10 minutos, fueron de los más largos de mi vida.
Por fín llegó la jardinera…

-Hasta luego, gracias! adios, buenas tardes! Adios! Hasta luego!
– … chundaa-chund-chundaa, subidóoooon
-Gracias, buenas tardes! Adios, gracias!
– … qué hacemos primero, playa o piscina?
– Adios, gracias! Los chalecos que se llevan sus 25 delicuentes, pueden devolverlos al personal de tierra de la terminal…

¿Y adivináis quién se subió al avión 7 días después en el Ibiza- Valencia? Pues los 25 delincuentes de la ida…más Pocholo y su mochila…

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Informáticos del mundo, welcome on board!

Madre mía lo que os gusta a los informáticos sentiros especiales…
Que quede claro que me parece estupendo, oiga! Que cada uno se sienta orgulloso de lo que es, que piense que pertenece a un grupo selecto y superior y que se sienta único en el mundo.
En el último post, dejaba claro que era algo que probablemente ocurría en todas las profesiones, pero como yo tengo un blog sobre azafatas, pues hablo de azafatas. No de informáticos.

Me resulta muy cómica esta casta de personajes que sienten la necesidad de proclamarse especiales ante el resto de la humanidad, y que todo intentan justificarlo con teorías, algorítmos, sistemas probabilísticos, implantaciones y modelos matemáticos.

Que si les dices que tienen que apagar el móvil en el avión, te dicen que los tripulantes no tenemos ni idea de lo que interfiere o lo que no interfiere con el instrumental de navegación.
Que si les comentas algo sobre los pilotos, te dicen que por el bien de la humanidad, algún día los aviones volarán solos completamente, sin tripulaciones. Sólo con un ordenador, porque es lo más seguro (cuando llegue ese día, yo viajaré en AVE. Prometido.)
Si les explicas tu teoría sobre las «azafatas de bolsillo», rápidamente te contestan que están en total desacuerdo porque ellos deben incluso (como seres extraterrestres que son) presentarse como veterinarios para que los humanos no les importunen con sus preguntas.
Si les pedimos que apaguen el Macbook, el iPad, el iPhone y todas las caralladas informáticas en el momento del descenso, te miran con cara de seta «perdonabonitaperoestoytrabajando» y seguirán tecleando infernalmente hasta que vuelvas a repetírselo. Llegado ese momento, bajan la tapita de su ordenador haciéndonos creer que lo apagan, pero cuando te despistas ahí están de nuevo tecleando. Te levantas, y con un tono un poco más alto que las otras 4 veces anteriores, les exiges que lo apaguen…y entonces claro, las azafatas somos unas bordes creídas.

A mí y en general «al personal de vuelo llorica» (como he leído por ahí) vuestros conocimientos sobre cómo funciona el mundo, nos importa menos que la apasionante vida de un mejillón de roca. Porque no sois especiales, no tenéis derecho a privilegios sobre el resto de la humanidad, no controláis el mundo, y no sois más inteligentes que nadie (sobre todo, esos que seguís estudiando la carrera después de 6 años). Simplemente habéis decidido estudiar una carrera que os gustaba, probablemente difícil y dura, pero no por ello tenéis que degradarnos a los demás a la escala humanoide básica.
Muchas azafatas, muchos tripulantes también hemos ido a la Universidad, sustentamos cargos más o menos importantes en nuestras empresas y somos capaces de sobrevivir sin tener ni idea de lo que es una teoría de autómatas.

Queridos frikis de ITCrowd, amantes de Linux, ingenieros técnicos en informática de gestión, en sistemas y en todas sus variantes; telecos, flipis de la inteligencia artificial, embajadores de Apple, obsesos de los gadgets y todos esos comesopas a los que vuestra madre os sigue comprando los calzoncillos, hoy os dedico éste post.
Ahora ya tenéis un motivo concreto para comentar y llorar… que total, ya lo hacíais antes cuando la cosa no iba con vosotros.

*Paradojas de la vida, mi novio es ingeniero informático. Sobra decir que queda excluído del grupo, que para eso es mi novio y mi blog. Ja!

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Pasajeros cabezones: El dandy de la periferia.

Ahí estás…sonriente, guantes puestos, espalda recta, cabeza ladeada y labios perfectamente pintados. Recibiendo al pasaje uno por uno, dando los «buenos días» a 100 pasajeros que ni se molestan en responder, haciendo gracias a los niños asalvajados que suben botando en las escaleras del avión .

Y de repente…de repente le ves. Destaca entre los demás por esos andares distinguidos. Traje a medida, zapatos italianos, y esas iniciales que muestra orgulloso en su billetera…Sí; no hay duda…ahí está! Es el pasajero dandy!

Este tipo de pasajero no se encuentra en todos los vuelos, como el cabezón de la maleta, o el cabezón listillo…este cabezón dandy se encuentra sólo en vuelos con destino Niza, Mónaco, Milán  o algún otro lugar vacacional o de compras al que, bajo su criterio, solo pueden llegar otros dandies como él.

Y digo vacacional, porque de todos es sabido que el dandy no trabaja, solo existe…Se dedica al dolce far niente y a mejorar su arrogancia hasta el fin de sus días.

Sube las escaleras del avión casi de puntillas, y por supuesto, ni siquiera toca la barandilla. Llega, saluda desinteresado y mirando por encima del hombro y cuando ya casi estás segura de que se va a sentar en la fila 2, asombrosamente pasa la cortina y se sienta en la 16…

Oh! Otra vez ha logrado engañarte! Y tú que pensabas que llevarías un auténtico dandy en el avión…y es solo otro pequeño esbirro de un arrogante tirano… Y qué significa esto? Pues que se comportará como figurín, pero modelo low cost.

Lo primero que hace al llegar a su asiento es mirar con cara de asco a los otros dos mortales que se sientan a su lado. Una vez asumida su desgracia de compartir espacio vital, se sentará y con un movimiento casi imperceptible para cualquier humano, colocará su pelo, estirará su americana y atusará su corbata modernosa, casi al mismo tiempo.

Una vez acomodado, el dandy entra en estado seductor…y pese a que un alto porcentaje de dandies son maricas (bueno, homosexuales, que luego se me ofenden los maricas), también los hay interesados por el sexo opuesto.
La azafata es un blanco fácil, así que pronto cambiará su cara de repugnancia por todo lo que le rodea, y pasará al modo «Don Juan». Y ojo, porque nuestro cabezón distingue entre el hombre vulgar y viríl, y su técnica impecable seductora.

Con un par de sonrisas llama tu atención y despliega su táctica:

-Disculpe señorita…cada vez que pasa usted a mi lado, me embarga un delicioso aroma. ¿Qué perfume usa? Es exquisito, como usted.
-Muy amable caballero…necesita algo?
-Verá, aquí estoy un poco sobrecargado, agobiado, claustrofóbico. ¿Cree que existe alguna posibilidad de acceder a primera clase para disfrutar de este vuelo?
-Me temo, señor, que eso no va a ser posible
-Pero desde aquí puedo observar que hay asientos vacíos en Business Class…si fuera tan amable de consultarlo con el comandante…
-Verá señor. El problema es que yo soy la sobrecargo de este vuelo, y la que decide quién se cambia de sitio…y si usted tiene billete de turista, tendrá que viajar en turista. Disculpe, pero vamos a cerrar puertas…

Puertas cerradas, rampas armadas y mensajes al pasaje dados, ahora sólo queda esperar a llegar a pista de despegue, después de que lo hagan los 10 aviones que están por delante de nosotros. Así que te preparas un zumito de tomate en el galley, y cuando abres la cortina de nuevo, observas el panorama: el cabezón está intentándolo ahora con tu compañera Maripili, alias «la inocentona».
Saboreas el tomate, sabiendo perfectamente lo que va a pasar…3, 2, 1 y:

-Que hay un chico muy elegante en la 16B que dice que se encuentra un poco mareado porque es claustrofóbico y dice que si le puedo pasar a la 1A.
-No maripili. Ya lo intentó antes…ignóralo y ábrele el aireador si se marea.

2 minutos después:

-Que el pasajero dice que si le podemos dar una almohada y una manta.
-No.
-Pero insiste en que es un caso excepcional, que es porque no se encuentra bien.
-No. No hay para todos. Si das una, sabes que la pedirán todos.
-Joooo es que me da penaaaa…
-…dale una almohada. Sólo la almohada… y luego toreas tú al resto del pasaje.

2 minutos después

-Que dice el pasajero que si nos ha sobrado algún periódico de primera clase.
-Menudo morro! Sí, nos han sobrado 3, pero no se lo voy a dar.

Despegamos, el cabezón se pone su antifaz de seda y espera paciente a que pasemos el carrito del bar:

-¿Desea tomar algo, señor?
-Sí, por supuesto. Tomaré San Martín Dulce con Bombay Sapphire, por favor.
-Eeeehmm, no tenemos Sapphire ni San Martín caballero, lo siento. ¿Alguna otra cosa?
(El cabezón me mira como si me perdonara la vida)
-Cherry Brandy con Plymouth
-Tampoco tenemos de eso…zumo de naranja, de piña, de tomate, de melocotón, coca-cola, fanta naranja, fanta limón, agua, vino tinto, vino blanco, larios, arehucas, ballantines y cava ¿Qué desea?
-El cava estará bien. Gracias. No tiene recargo, supongo…¿Cierto?

Vaya…iba bien. Casi estaba consiguiendo ser un auténtico narcisista retro trendy, pero lo del precio le ha delatado. Un autentico dandy nunca preguntaría si algo es gratis o de pago. Le daría igual. Se limitaría a disfrutar de su capricho sin preocuparse por el precio.

Nuestro cabezón, se levanta y se va al baño. Probablemente se le ha despeinado  un pelo y volverá a engominarlo sin piedad hasta que no se mueva aunque pase un tornado a su lado. Se retoca el nudo de la corbata y sale del baño…y qué creeis que hace? Volver a su asiento? Pues no…se sienta discretamente en la fila 2.

Y tú, que estás en la mitad de la cabina tratando de convencer al cabezón listillo  de que se tiene que abrochar el cinturón para el aterrizaje, ya sabes perfectamente que el dandy ha salido del baño porque el olor a Prada Amber invade toda la cabina.

-Disculpe caballero, ya le dije que no podía sentarse ahí. Regrese a su asiento por favor.
-Señorita, yo siempre viajo en pimera clase, pero ha habido un fallo en facturación y me han dado clase turista. Seguro que una belleza como usted, me permitirá tomar tierra en este asiento.
-Está bien. Sólo se lo permito porque faltan 15 minutos para el aterrizaje, y como excepción. (La verdad, el piropo se agradece)

Y así, el dandy de extrarradio ha conseguido una vez más su objetivo…y cuando desembarca, como regalo, se quita el pañuelo del bolsillo de la americana y te lo entrega en la puerta del avión.

Si en el fondo era majo…hasta me ha regalado su pañuelo de hilo made in china con las iniciales bordadas…y con…y esto, esto qué es?
QUÉ ASCOOO!!! UN MOCO!!!

Imag: http://www.gettyimages.es/detail/78268445/Cultura?mode=p#p

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Pasajeros cabezones: periodistas de poca monta, bloggers casposos y famosillos de extrarradio

Todos ellos forman un grupo de pasajeros cabezones muy entrañable. Una fauna digna de ser comentada.
Que hay un retraso,ahí están ellos para presionar con sus influencias.
Que hay una avería, ahí están ellos para alardear de contactos.
Que se estropea la cafetera y no hay café, ahí están ellos para convertirlo en noticia.
Son esos personajillos que, tras un retraso considerable o después de alguna incidencia durante el vuelo, se pelean por ser los primeros en hacer declaraciones a los medios.
El grupillo está formado por tres perfiles distintos:
Por un lado, están los periodistas de poca monta que habitualmente no tienen ni idea de nada, pero que como vuelan 2 o 3 veces por semana, se creen gurús de la aviación. Son los que además, suelen meter al personal de tierra y al de vuelo en el mismo pack y creen que un tcp tiene que saber con exactitud la puerta de embarque de su vuelo en conexión. Ávidos y deseosos de convertir cualquier chorrada en noticia para sus programuchos mañaneros, desacreditan a las compañías con mentiras y patrañas que sólo ellos y su grupo de lacayos creerá posteriormente. Son los primeros en declarar cosas como «Sí, yo ya había escuchado un ruido extraño en el embarque», «la culpa es de los pilotos», o los que al día siguiente de un accidente aéreo, se compran un billetito en el mismo vuelo que el siniestrado y se dedican a grabar con su cámara a la tripulación de vuelo. Dentro de este grupo, además, se sitúan también los estudiantes de periodismo y las viejas glorias. Habitualmente, trabajan en Antena3.
Por otro lado, y mucho menos discretos que los del grupo anterior, pero no por ello menos tocahuevos, están los bloggers casposos. Sí, ésos que tienen un blog de cientos y miles de visitas al día, y que como además dan conferencias por medio mundo sobre cómo han pasado de ser unos frikis informáticos que no se comían un rosco a dar lecciones sobre todos los temas mundanos, amenazan con contar las injusticias de la aviación en su blog y hundir así a la compañía. Generalmente son considerados dioses por su séquito de seguidores, y su mayor virtud es tener un blog en el que desahogarse de sus complejos, malmeter entre el resto de los mortales y dar lecciones de moralidad y tolerancia. Al carajo con ellos.
Y por último, están esos famosillos de extrarradio, colaboradores de programas sensacionalistas y que en su día fueron grandes hermanos, grandes supervivientes y grandes mamalones. Princesas del pueblo cornudas, que no saben hacer la «o» con un canuto, pero que no dudan ni un instante en llamar a sus amigos, los presentadores maricas, para informarles del último motín a bordo.
Novias folclóricas de otras folclóricas, que permanecen escondidas y que amenazan con ponerte una demanda por no darles una almohada.
Y chulos de gimnasio, poligoneros de nacimiento, que se creen dioses por trabajar en la televisión a cambio de 2 gramillos y de un pase VIP para el garito de moda de otro colgao.

Hala…ahora vais y lo cascais, cabezones!

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Los teléfonos móviles deberán permanecer desconectados…

Y dale con que los teléfonos móviles no interfieren con los instrumentos de vuelo… Qué pesados, por favor. ¿Y qué más da si interfieren o no? Que es una norma!! Que no os enterais! Lo apagas, y punto, que para eso te lo están pidiendo. Que igual es solo para que no nos molesten tus tonos, politonos y tus soniditos del «angry birds». Que lo más probable es que sea para que no molestes al resto de pasajeros, que no vas en bus! (bueno, si vuelas con ryanair, ya no digo nada)
Que si las ondas del móvil no pueden causar interferencias, que si los monitores no se pueden apagar, que si los teléfonos son inofensivos…pues estais todos equivocados! Quizá no causan interferencias como tal, pero sí pueden hacer saltar una alarma de incendio. Y eso está comprobado y requetecomprobado. Claro, como vosotros no levantais el culo del asiento y no os teneis que prepar con una capucha de oxígeno y un extintor para apagar el fuego que no existe, pues… ale!!! a dedicarse a juguetear con el dichoso móvil!!
Si es por rebeldía, que yo lo sé! Es por haceros los superlistillos, para luego contarle a vuestros amigos que habeis llevado el móvil encendido y no ha pasado nada; pues venga, encendedlo todos hasta que sí pase…
Y en el hipotético caso de que no pasase nada (igual no se cae el avión, ni explota, ni pierden el control, pero algo SÍ QUE PUEDE PASAR), obedece las normas! Qué te cuesta? Si ves que tal, tira también de las palanquitas rojas que dicen «tirar solo en caso de emergencia»…
Un día, voy a ir a vuestros trabajos y voy a tirar del cable ese que conecta vuestro ordenador a la corriente…probablemente no pase nada, pero así jugamos todos en igualdad de condiciones.

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Ese botón de «Llamada a la azafata»

Sí, lo sé…es como una fuerza sobrenatural la que empuja a los pasajeros a pulsar el botón de «llamada a la azafata». Pero en serio, esa figura que veis dibujada en el botoncito, no es la silueta de un esclavo; es la de un miembro de la tripulación.

Si en el curso nos estudiamos unos 10 manuales con procedimientos de emergencia, plantillas de los aviones, medicina, principios legales, aeronáutica… con una media de 250 páginas cada manual, pasamos unas entrevistas multitudinarias, hacemos exámenes no precisamente fáciles, pruebas físicas y evacuaciones de emergencia, os aseguro que el motivo principal por el que estamos en el avión, es para salvarte el culo. No para besártelo.

Durante la habilitación y el curso de entrenamiento, nos enseñan que «ding» es la llamada de un pasajero, o en su defecto, que la señal luminosa de cinturones se ha encendido. «ding-dong» es una llamada entre tripulación auxiliar, o una llamada normal entre tripulación auxiliar y tripulación técnica. «ding-ding-ding» es una llamada urgente de los pilotos. Créeme, un solo «ding» no es realmente importante….

Si aprietas el botón mientras estamos rodando hacia la pista de despegue, lo más probable es que una de mis compañeras se levante lista para hacerte una reanimación cardiopulmonar, y que otra aparezca con la máscara de oxígeno puesta y un extintor en la mano.
Si vais a volar con niños, compradles un juguetito antes de embarcar. Los dutty free esos que tanto os gustan tienen un montón de cosas para ellos. El botón de llamada a la tripulación NO ES UN JUEGO NUEVO!!!!!!!
No aprietes el botón si quieres que te recojan la latita de Pringles que te has comido.
No aprietes el botón para pedirle el teléfono a mi compañera.
No aprietes el botón para «probar» y luego vuelvas a apretarlo para cancelarlo. Te he visto, me sales en una pantallita.
No aprietes el botón para preguntarnos cuál va a ser la puerta de embarque de tu vuelo en conexión. No tenemos ni idea. Además, de qué te valdría saberlo? Antes de aterrizar, cambiarán la puerta 4 veces.
No aprietes el botón para entregarnos el pañal sucio de tu bebé. Levanta el culo y tíralo en la papelera del baño.
No aprietes el botón para quejarte de que la última vez que volaste con nuestra compañía te perdieron la maleta. Nos da igual. Y además haber elegido otra compañía esta vez.

…y no, no tenemos cartas para jugar, ni bolis, ni cortauñas. No sabemos cuál es ese pueblo diminuto de 20 habitantes y 5 casas que se ve ahí abajo. No tenemos mecheros para encender el cigarro que tienes planeado fumarte en el lavabo; no nos preguntes, fuma sin más y ya veremos lo que pasa.
Y no, tu niño (el que lleva media hora dando patadas al asiento de delante, 10 minutos corriendo por el pasillo del avión, y otros 5 dándome el coñazo en mis únicos 5 minutos de descanso), tampoco va a ser absorbido por el flush del wc…OJALÁ!!!

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El Pasajero Cabezón (II). Listillos a bordo.

La segunda modalidad de pasajeros cabezones, son los «pasajeros listillos». Esa clase de gente que se cree que porque ha volado más de 5 veces en su vida, controla de leyes aeronáuticas, procedimientos de emergencia, líneas de embarque, cartografía…y vamos, que no aterrizan el avión porque el comandante no les deja, que si no, bajo su propio criterio, lo harían mucho mejor que los pilotos.

El pasajero listillo tiene la necesidad de que el resto de pasajeros se enteren de sus amplios conocimientos. Opina en voz alta, protesta en voz alta, bromea en voz alta…y se acojona en voz baja. Es el típico elemento que, tras 2 horas de retraso, entra en el avión con mirada desafiante y diciendo algo así como: «No teneis vergüenza, casi 2 horas de retraso. En cuanto aterricemos os pienso denunciar porque me he informado y sé que es mi derecho como pasajero».

Claro, a ti te dan ganas de decirle. «Oiga, 2 horas de retraso y no se le ha ocurrido denunciarnos mientras esperaba en el aeropuerto?», pero antes de que puedas decir nada, él te ataja y te dice:

  • Ahora nos teneis que dar la cena gratis para compensar las molestias.
  • Uy! no creo señor…verá, es que el retraso se ha debido a condiciones meteorológicas.  ¿No se da cuenta de que con la nevada que ha caído en Madrid era imposible aterrizar y despegar?
  • Pues yo he visto que los de Ryanair han depegado!
  • Permítame que lo dude, caballero. El espacio aéreo estaba cerrado.

Sigues con el embarque mientras el hombre se va a su asiento, y cuando ya te habías olvidado de él, suena el PA (ese telefonito por el que nos comunicamos entre la tripulación que va detrás, en el centro, o en la parte delantera. Sirve también para hablar con los pilotos sin entrar en cabina, y para dirigirnos al pasaje) .

  • Hola! Dime
  • Lu, que hay un pasajero en la salida de emergencia de los planos que dice que no quiere subir su americana y que la quiere llevar encima de las piernas.
  • No, dile que la tiene que subir. No puede llevar nada suelto.
  • Ya se lo he dicho, pero dice que por encima de su cadáver. Que después del retraso de dos horas no quiere pasar frío.
  • Vale, no te preocupes. Voy.
¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨
  • Señor, tal y como le ha dicho ya mi compañera, tenemos que subirle la chaqueta al rack. No puede llevar nada encima. Está usted en una salida de emergencia.
  • Pues la voy a llevar por encima de las rodillas porque no quiero pasar frío.
  • Pues no puede ser. Si tiene frío, tiene que llevarla puesta, de lo contrario tenemos que subírsela.
  • Ni hablar. Eso de la salida de emergencia es una tontería.
  • No crea. Si le dejo a usted llevar la chaqueta, tengo que dejarle a los otros 24 pasajeros repartidos por las distintas salidas de emergencia. Y sabe usted qué pasaría si tenemos que evacuar el avión y hay 24 chaquetas tiradas en el suelo? Pues que resbalaríamos, nos liaríamos con ellas y en las salidas se haría un tapón gigante y no nos daría tiempo a evacuar el avión antes de que explotara en mil pedazos. Y sabe que? Que nos moriríamos todos. Y usted también. Por cierto, ha visto «Viven»?

Vale, le hemos dejado un ratito acojonado. A ver lo que dura…

Despegamos. Din-don-din-don; suena otra vez el PA:

  • Dime capi
  • Lucía, el avión se va a mover. No saco cinturones para los pasajeros, pero vosotras intentad dar el servicio. Si veis que no podeis, guardad los carros y aseguraos en vuestros trasportines.
  • OK. Gracias!

Señores pasajeros, estamos atravesando un área de turbulencias. Por favor, permanezcan sentados, con su cinturón de seguridad abrochado. Gracias.

(Y sí, vosotros no os podeis levantar pero yo sí. Nosotras somos «turbulencewomen»,somos inmunes a ellas, ntj!)

Montas el carrito del bar, con la cubitera encima, las pinzas del hielo, separas las rodajitas de limón, pones las servilletas bien colocaditas, los posavasos, los zumos, el agua, el café recién hecho…todo preparado, y cuando ya llevas 11 filas, 7 golpes, un pasajero con una brecha en la cabeza porque las pinzas del hielo se han empeñado en clavarse en su frente y 5 minutos escuchando los gritos del pasaje, decides que las turbulencias son lo suficientemente fuertes y guardas el carro.

(Din!Llamadita del pasajero del asiento 12A)

  • Quiero un café
  • Ahora mismo no puedo señor. Acabamos de cancelar el servicio por las turbulencias. Siento que hayamos tenido que guardar los carros justo cuando le tocaba pedir a usted…Una lástima.
  • Mi billete dice que en este vuelo se dará serviciode pago a bordo . Y yo quiero mi servicio.
  • Pues no va a poder ser. Por lo menos no de momento. Y abróchese el cinturón.
  • El cinturón solo es para despegues y aterrizajes.
  • El cinturón es para despegues, aterrizajes y siempre que la señal de cinturones este encendida. Y ahora, yo la veo encendida. Maripili, tu la ves encendida? Ve, señor? Maripili también la ve encendida. Abróchese el cinturón.

Bueno…total, que se acaban las turbulencias, aterrizamos, y a la media hora volvemos a embarcar un nuevo vuelo.

Y sabeis a quién veo llegar por el finger?

Al cabezón de la maleta homologada!

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El pasajero cabezón. (I) La maleta homologada

Siempre tiene que haber algún listillo en cada vuelo. Yo creo que llegué a cogerles cariño, y de hecho si no aparecía uno desde el primer momento del embarque me empezaba a impacientar.  Pero no…siempre salen; antes o después. Pero ahí están.

Este post se lo quiero dedicar a todos los «pasajeros tocapelotas tipo 1», vamos, a «los pasajeros de la maleta». Que tu les ves subir por las escaleras o caminar por el finger, con la cabeza bien alta, convencidos de que pase lo que pase, su maleta no se bajará a la bodega.

Y tú, con tu sonrisa azafatil le das la bienvenida y le dices :

  • Buenos días caballero, la maletita no le va a caber ni en el armarito, ni debajo del asientito. Si es tan amable, me la deja por aquí y yo misma me ocupo de que se la bajen a bodega. _Y es que ya sabes lo que te va a contestar, pero haces como que no.
  • Pues discúlpeme usted a mi, señorita…pero esta maleta la he comprado exclusivamente para volar, y sé que está homologada para que quepa en los armarios del avión.
  • Pues yo creo que no le va a caber…
  • Pues ya verá usted como sí…

Pues venga! Ahí tenemos al primer pasajero cabezón/listillo en medio y medio del pasillo! Hace el amago de subir su maleta, pero…oh! sorpresa! hay más bolsos y abrigos!!! Pues nada, ahí vuelve nuestro buen pasajero para decirnos:

  • Señorita, alguien está ocupando mi hueco del armario y no puedo subir mi maleta
  • No caballero, disculpe, pero no existen huecos asignados a cada asiento. Si no hay espacio justo encima de su cabeza, puede ponerlo en el de al lado, o incluso en el de enfrente.

Y se va refunfuñando…Y tu ya llevas 5 minutos de retraso por su sulpa, y ahora tienes a 200 pasajeros esperando a que el «tocapelotas» se siente…Pero no! él no! él sigue arre que arre con la maletita. Que la pone del derecho, del revés, de pie, acostada…y nada, no cierra. Y como el pasajero cabezón/listillo, es taaan, pero que taaan listillo, deja la mitad de maleta metida en el rack, la otra mitad fuera y se sienta tan ricamente a leer su «Expansión» como si yo no me fuera a dar cuenta de que la maleta no cabe.

  • Señor, la maleta no cabe, verdad?
  • Ah, no sé…
  • ¿No sabe? Pues yo estoy viendo que sólo cabe una parte. ¿Qué hacemos con la otra mitad?
  • Usted sabrá, la maleta está homologada
  • (vale, aquí es cuando empiezas a decidir si le dejas caer la maleta encima de la cabeza para desnucarlo, o si pones tu sonrisa más falsa y le quitas la maleta para bajarla a bodega…tictictictac, decíde Lucía, decíde…qué hago?) Bueno, creo que vamos a bajarla a bodega, porque usted mismo está viendo que esto no cabe.
  • Pues serán ustedes que no tienen los armarios homologados.
  • …ay! lo siento caballero!! vaya golpe! está bien??!. Algún médico en el avión, por favor?

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