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Tu embarcas, tu no embarcas. Denegación de embarque al vuelo.

La mayoría de los pasajeros no saben que llegar hasta la puerta del avión haciendo y diciendo lo que les dá la gana, no implica precisamente que vayan a despegar con nosotros. Así que ojo a las bromitas del tipo: «Jenny, guarda bien la maría que llevas en la maleta», » Manolo, cuidado con la bomba» y todas esas tonterías que creéis que nos pueden hacer gracia, pero que estamos hartas de escuchar vuelo tras vuelo.
Existen una serie de condiciones por las que el todopoderoso comandante, dios del cielo y el aire, eminencia y sabiduría personificadas, puede denegar el embarque a los pasajeros que considere.

Los tcp´s le informamos de todas las irregularidades que hay a bordo, y así se quedarán en tierra aquellos pasajeros que lleguen a la puerta del avión «haciendo eses», que no puedan tenerse en pie o que por el contrario estén demasiado «espabilados». Es decir, aquellos pasajeros que  aparentemente estén bajo la influencia de alcohol, narcóticos o drogas. Basta con que vayamos a cabina, lo comuniquemos, y el comandante le obligue a que se baje del avión. Y os aseguro que pasa más a menudo de lo que creéis…

Los que entren en el avión amenazando con llevar encima drogas, estupefacientes, explosivos…aunque sea en broma, y sea cual sea la edad del bromista. Y tampoco sería la primera vez que la bromita les deja en tierra firme…

Pasajeros que incumplen las normas de embarque. Véase fumadores, pasotas, pasajeros que no quieran apagar sus teléfonos móviles porque tienen sus propias teorías sobre interferencias (ja! ojito que volvéis a la terminal en un abrir y cerrar de ojos), «señoras que» que se niegan a bajar su maletón a la bodega y otros casos de pasajeros cabezones.

Todos aquellos que no acaten las órdenes de la tripulación auxiliar, que se nieguen a colaborar en lo que se les pide y que traten de manera irrespetuosa a los tcp´s y a otros pasajeros. Y por manera irrespetuosa, entendemos «señorita, usted no tiene ni idea» «señorita, qué culo tiene», «señorita voy a sentarme donde quiera» o «señoritaaaaa» simplemente.

Pasajeros que puedan causar incomodidad u objeciones en el resto del pasaje. Y aquí se incluyen olores corporales, otros aspectos físicos y comportamientos.

Todos los que estén indocumentados, en situación ilegal,  y que no cumplan con los requisitos de pasaporte, visado o inmigración tanto de los países de tránsito como los de destino.

Pasajeros cuyo transporte represente un peligro para sí mismos o para el resto del pasaje. Vamos, que para los que siempre me preguntáis si las embarazadas entran en este grupo, deciros que en principio, no se consideran pasaje especial, pero que para poder embarcar necesitarán una autorización médica o descargo de responsabilidad si el parto se espera en menos de 4 semanas, si previamente se han tenido partos múltiples, si previamente se han diagnosticado dificultades o si existen dudas sobre el progreso del embarazo.
Además no es aconsejable viajar en avión en los primeros 10 días después del parto, ni para la madre ni para el bebé.
Es bastante lógico pensar que los cambios de presión no benefician para nada a una mujer embarazada, sea en el mes que sea, a las que recién han dado a luz o a bebés que acaba de nacer.

Así que ya sabéis, todos sentaditos, calladitos, limpitos y a hacer lo que la azafata manda. Y si no…¡al comandante vais!

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¿Cuánto cuesta un billete? ¿cuáles son mis derechos? ¿y mis obligaciones?

Para que todos nos vayamos enterando de cuáles son nuestras responsabilidades, a qué tenemos derecho cuando viajamos en avión, y a qué cosas no:
  • ¿Cuánto nos cuesta un billete? Desde el año 1993, las compañías tienen derecho a fijar con total libertad los precios de los billetes y de todas las tarifas; eso sí, es obligatorio que desglosen los precios para que los pasajeros podamos saber en qué nos están clavando exactamente. El desglose, generalmente es así: Tarifa (lo que la compañía aplica por ruta y vuelo) + tasas (aeroportuarias, o por uso de infraestructura…como el impuesto de coche de circulación, vamos) + equipaje (no todas las cías. lo hacen, claro) + cargos de emisión (lo que nos cuesta que nos emita el billete la compañía o la agencia) + cargo por combustible (si sube considerablemente el combustible, también se lo cargan a los pasajeros)+ otros cargos y servicios ofrecidos (generalmente opcionales, como el seguro de viajes, el acceso a salas vip, el equipamiento especial…) Estamos en pleno derecho de que nos especifiquen siempre el desglose de lo que vamos a pagar.
  • ¿DNI o Pasaporte? DNI o pasaporte (cualquiera de los dos) en vuelos cuyo destino sea alguno de los países del acuerdo de Schengen (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, Suecia y Suiza y para vuelos no Schengen pero que pertenezcan a la Unión Europea (Reino Unido, Bulgaria, Chipre, Irlanda y Rumanía). Para el resto de destinos, pasaporte (+ visado si es necesario).
  • ¿Puedo solicitar asistencia para llegar hasta el avión? Todos los pasajeros podeis solicitar asistencia gratuíta si estais incluídos dentro del grupo de movilidad reducida PRM. Es necesario solicitarlo a la compañía, en el momento de hacer la reserva. Y ojo, que siempre, siempre será un servicio gratuíto por el que no os pueden cobrar ningún suplemento.
  • ¿Qué no puedo llevar como equipaje de mano? Pues obviamente, ni cuchillos, ni catanas, ni espadas ni arcos con flechas…vamos, ni objetos punzantes, ni cortantes, ni inflamables (véase, mecheros!), ni explosivos, ni insecticidas, ni el camping-gas, ni nada tóxico o corrosivo, ni siquiera un kit de primeros auxilios. Y por supuesto, ni líquidos que no cumplan la normativa (cada frasquito, no puede contener más de 100ml, y tiene que ir dentro de una bolsa de plástico transparente y que cierre herméticamente). La bolsa, no puede contener más de 1 litro de líquidos en total. Y sí, la pasta de dientes, también entra en este grupo. Ahora bien, que tu puedes comprártelo en el duty free de turno, al pasar el filtro de seguridad, y listo. Y si te haces una bomba casera en el baño, pues tú mismo; pero te la haces en el aeropuerto…nada de traerla hechita de casa, ok?
  • ¿Me corresponde indemnización? No siempre. Para empezar, un retraso no es una cancelación de vuelo. Por mucho que se retrase, no se considera que está cancelado hasta que el número de vuelo se cambia. Así que si se retrasa 12 horas, mala suerte. Si por este retraso, tienes que pagarte un hotel, una cena o cualquier otro gasto, la compañía NO ESTÁ OBLIGADA a pagártelo, aunque lo lógico, lo justo y lo que hacen habitualmente, es hacerse cargo de los gastos que hayas tenido…pero que quede claro que el reglamento no contempla para nada este tema. Lo que sí está obligada a proporcionarte la compañía, es comida y bebida suficiente acorde con las horas de retraso. Si el retraso es de más de 5 horas, puedes pedir el reembolso de tu billete. Por cierto, que si el vuelo se cancela «por motivos extraordinarios», no te corresponde nada. Estos motivos se dan cuando la cancelación se debe a circunstancias que no se pueden evitar, tipo condiciones meteorológicas, causas que puedan afectar la seguridad del vuelo (y hay unas cuantas…), huelgas o inestabilidad política, entre otras.
    *rectificación 17 marzo 2011. De acuerdo al reglamento de transporte de la Unión Europea 261/2004 la compañía aérea estará obligada a pagar un hotel si la hora de la salida del vuelo es al día siguiente de la hora inicialmente programada, y debe asumir además los costes de transporte desde y al aeropuerto.
    Además en función del retraso que el vuelo haya acumulado y la distancia que recorra, los pasajeros son susceptibles de percibir una compensación económica.
    (Gracias, Alejandro)
  • ¿Qué pasa si pierdo un vuelo en conexión por culpa de un retraso en el primer vuelo? Pues en principio, la compañía aérea no tiene la obligación de indemnizarte ni hacerse cargo. Eso sí, las decentes, suelen hacer todo lo posible para minimizar molestias e inconvenientes. A veces, proporcionan un nuevo vuelo para que llegues a tu destino. Insisto, no es obligatorio.
  • ¿Si me cancelan el vuelo, me están denegando el embarque? No. Son cosas distintas…embarque denegado se considera cuando el vuelo despega sin tí y tu has cumplido con todo el procedimiento. Es decir, has facturado en hora, te has presentado a la hora del embarque y está todo correcto, pero por overbooking (sobreventa de plazas), te quedas en tierra. Por cierto, no recibirás compensación alguna si se te niega el embarque por motivos de salud (nos vas a infectar a todos) o de seguridad (estás borracho, eres conflictivo o agresivo) y por no presentar la documentación exigida.
  • Cuando mi maleta llega dañada…o no llega. Sí, sí y sí. Puedes reclamarlo. La compañía aérea es la única responsable de lo que le pasa a tu maleta. Eso sí, tienes que cumplir los plazos de reclamación y cubrir el parte de irregularidades.
Y antes de que alguno me salte a la chepa, estoy abierta a correcciones si fueran necesarias…

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Deformación profesional. Mi vida fuera del avión

Imagino que nos pasa a todos; a veces te sientes tan absorbido por tu trabajo que eres incapaz de desconectar. Y lo peor es cuando te das cuenta de que adoptas costumbres laborales y te las llevas a tu vida personal.
Y bueno, si es una o dos cosas no pasa nada, pero si ya son más…si son más, tienes un problema.
Si un día te pasa lo mismo que a mí, y todas esas «deformaciones prefesionales» se dan juntas al mismo tiempo, no te asustes…es normal.
Día libre.
Suena el despertador y te desperezas pensando en el buffet del desayuno; aaah nooo!! que no estás en el hotel… toca prepararse el café en la nespresso de toda la vida…
Y ahora a la ducha!
Entras en el baño, y tienes esa cestita típica de hotel en la encimera del lavabo. Con una colección de mini geles, mini champús, gorrito del pelo, set de afeitado…
Venga, hoy eliges el gel de limón, ese que te trajiste del hotel de Niza.
Te vistes para salir a hacer la compra, y cuando te das cuenta, te has puesto una falda cualquiera, con una camiseta cualquiera, pero eso sí…con una pañoleta al cuello. Y te la atas de lado, que es más azafatil.
Corres a la cocina para saber qué es lo que hay que comprar, y lo ves enseguida: siempre tiene que haber 5 latas de tomate, 5 de espárragos, 5 de atún y 5 de pimientos…da igual si te los comes o no, pero siempre tiene que haber 5! y en línea recta, como en los cajones del carro. Que si de repente hay 4 latas de atún y 1 de ventresca, ya no vale y te empieza a entrar un agobio brutal, como si una supervisora fuera a entrar en tu cocina y chequear las alacenas.
Uy, «chequear». Esa es otra…lo de utilizar palabras típicas de tcp´s con el resto de los humanos. Ya no «revisas»; «chequeas». Ya no dices «extintor», dices «BCF». Ya no te refieres a tus compañeras como «azafatas», sino como «tcps»…y un sinfín de palabras que sólo entiendes tú y tus 3 compañeras de piso.
Vale, ya estás vestida, con la lista en la mano, y ahora te subes al coche. Te abrochas el cinturón, y sabes que el problema se convierte en algo grave cuando no te basta con el cinturón simple. Necesitas un cinturón de 5 puntos, un arnés completo, porque de lo contrario no te sientes atada, y no puedes dar «cabina asegurada».
Llegas al supermercado y lo primero que haces es controlar que al fondo del local hay una salida de emergencia…por si las moscas… Oye, que nunca se sabe lo que puede pasar. Además, el tema de controlar salidas de emergecia lo haces extensible a cualquier garito nocturno o local en el que se puedan concentrar más de 20 personas juntas.
Bueno, total, que después de tener claro que hay una salida de emergencia al final del súper, vas con tu carrito de la compra por todos los pasillos, y cuando te paras delante de una de las estanterías de cereales, intentas frenar el carro con el pie…pero no, este no tiene palanquita roja y palanquita verde…

Y de camino a la caja, con tus 5 unidades de cada cosa, te para un señor para preguntarte dónde está la mantequilla. Y tú, toda digna te plantas en medio del pasillo y señalas la dirección de los lácteos como si estuvieras mostrando las salidas de emergencia del avión…que solo te falta decirle que en caso de una despresurización de la cabina, tire fuertemente de la máscara de oxígeno. Y a su «gracias», tu le respondes «gracias a usted, caballero. Adios, que tenga un buen día».
Cuando vas a pagar, abres tu supercartera (porque no llevas monedero, llevas la billetera de tu vida, donde cabe la licencia de vuelo, el documento de los cursos de refresco, el certificado médico, la cartilla internacional de vacunación, y por supuesto el pasaporte…y empiezas a rebuscar monedas. Y entre tanta Libra y tanta Korona, encuentras por fin los Euros.
Y ya de vuelta a casa, ves cómo tu vecino del 4º está aparcando el coche enfrente del edificio…y bueno, como es un poco negado para aparcar y suele dejarlo a 3 metros de la acera, lo único que te sale decirle para rematar bien el día es: «Oye, te acerco el finger para desembarcar?»
Qué original…

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El pasajero cabezón. (I) La maleta homologada

Siempre tiene que haber algún listillo en cada vuelo. Yo creo que llegué a cogerles cariño, y de hecho si no aparecía uno desde el primer momento del embarque me empezaba a impacientar.  Pero no…siempre salen; antes o después. Pero ahí están.

Este post se lo quiero dedicar a todos los «pasajeros tocapelotas tipo 1», vamos, a «los pasajeros de la maleta». Que tu les ves subir por las escaleras o caminar por el finger, con la cabeza bien alta, convencidos de que pase lo que pase, su maleta no se bajará a la bodega.

Y tú, con tu sonrisa azafatil le das la bienvenida y le dices :

  • Buenos días caballero, la maletita no le va a caber ni en el armarito, ni debajo del asientito. Si es tan amable, me la deja por aquí y yo misma me ocupo de que se la bajen a bodega. _Y es que ya sabes lo que te va a contestar, pero haces como que no.
  • Pues discúlpeme usted a mi, señorita…pero esta maleta la he comprado exclusivamente para volar, y sé que está homologada para que quepa en los armarios del avión.
  • Pues yo creo que no le va a caber…
  • Pues ya verá usted como sí…

Pues venga! Ahí tenemos al primer pasajero cabezón/listillo en medio y medio del pasillo! Hace el amago de subir su maleta, pero…oh! sorpresa! hay más bolsos y abrigos!!! Pues nada, ahí vuelve nuestro buen pasajero para decirnos:

  • Señorita, alguien está ocupando mi hueco del armario y no puedo subir mi maleta
  • No caballero, disculpe, pero no existen huecos asignados a cada asiento. Si no hay espacio justo encima de su cabeza, puede ponerlo en el de al lado, o incluso en el de enfrente.

Y se va refunfuñando…Y tu ya llevas 5 minutos de retraso por su sulpa, y ahora tienes a 200 pasajeros esperando a que el «tocapelotas» se siente…Pero no! él no! él sigue arre que arre con la maletita. Que la pone del derecho, del revés, de pie, acostada…y nada, no cierra. Y como el pasajero cabezón/listillo, es taaan, pero que taaan listillo, deja la mitad de maleta metida en el rack, la otra mitad fuera y se sienta tan ricamente a leer su «Expansión» como si yo no me fuera a dar cuenta de que la maleta no cabe.

  • Señor, la maleta no cabe, verdad?
  • Ah, no sé…
  • ¿No sabe? Pues yo estoy viendo que sólo cabe una parte. ¿Qué hacemos con la otra mitad?
  • Usted sabrá, la maleta está homologada
  • (vale, aquí es cuando empiezas a decidir si le dejas caer la maleta encima de la cabeza para desnucarlo, o si pones tu sonrisa más falsa y le quitas la maleta para bajarla a bodega…tictictictac, decíde Lucía, decíde…qué hago?) Bueno, creo que vamos a bajarla a bodega, porque usted mismo está viendo que esto no cabe.
  • Pues serán ustedes que no tienen los armarios homologados.
  • …ay! lo siento caballero!! vaya golpe! está bien??!. Algún médico en el avión, por favor?

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