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Las cosas más increíbles siempre pasan aquí (III Parte)

Con el tema este de la ley antitabaco, se me viene a la cabeza el tema de fumar en el avión.
La verdad, nunca pude entender cómo una persona es incapaz de controlarse en un vuelo de 50 minutos. Cómo puedes sentir esa necesidad irrefrenable de encender un cigarro en el baño de un avión, incumpliendo una ley y arriesgándote a poner en peligro el vuelo, y a la multa que eso conlleva.

  • Y hablando de los vuelos de 50 minutos…Me han preguntado si hay secador de pelo en el baño para retocarse antes de aterrizar.
  • En la tarde de nochebuena, he despegado como extracrew, en la minúscula cabina de un CRJ con los 2 pilotos, una tcp sentada en el transportín, otra sentada en el suelo, detrás del comandante, y yo sentada en el suelo, detrás del segundo piloto.
  • En la tarde de Fin de Año, he despegado como extracrew en el baño del avión.
  • El pilotillo novato, se ha tomado su primer café en el avión, bien cargado de sal. Por no protestar y obedecer en todo momento a SAR el comandante, se lo ha bebido sin rechistar hasta que el todopoderoso ha decidido acabar con la novatada y quitárselo. Un día se cambiarán las normas, y F/O y sobrecargos nos vengaremos de las cuatro barritas doradas.
  • Dos hermanas artistas, montaron una sarao en clase turista, y la cabina se convirtió en un tablao flamenco improvisado. Lástima que fuera en la aproximación, a 5 minutos del aterrizaje, cuando absolutamente todos los pasajeros deben estar sentados y con el cinturón abrochado.
  • He llevado en el avión al rey de uno de esos países árabes. Antes de embarcar, un miembro de su séquito me insistió en que nunca le preguntase nada al rey, sino que me dirigiese directamente al lacayo.
  • Meses después, embarcó SM la Reina Sofía. Siguiendo el protocolo que me habían enseñado, le pregunté qué deseaba tomar a la persona que tenía al lado. Me sugirió que le preguntase a ella directamente. Sonriendo, pidió  un vasito de agua con hielo. Hay clases, y clases…
  • En un vuelo a Ibiza, el hijo de una famosilla, de esas que hacen posados robados en la playa, empezó la fiesta en el avión. Genial, si no fuera porque su idea de «fiesta» era la de coger un extintor del avión y usarlo para hacer una guerra con sus amigos.
  • Hemos desmontado todo el galley y nos hemos hecho un saloncito de té con los containers. El del hielo, para la mesa de centro, el de los zumos, las servilletas, el del agua y el container de la basura, como silloncitos para la tripulación.
  • Y siguiendo con las cosas que pedís, aclaraos que no tenemos limpiador de zapatos, ni jaboncitos ni baño de mujeres.
  • Y no, no hay almohadas ni mantas para clase turista en un Coruña- Madrid…ni periódico. Deja de protestar, ni tu tienes periódico gratis como hace 10 años, ni yo cobro lo mismo que una sobrecargo de hace 10 años. Lee la Spanorama, el Ronda, el Aladierno, o ese tarjetón de seguridad que usas para pegar los chicles.

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El primer vuelo vs La supervisora

Oh! Qué monas estábamos todas en nuestro primer día de vuelo…
Recién salidas del curso de habilitación, todas teníamos claro que lo más importante era que no se nos escapara un pelo de la coleta los procedimientos de emergencia. Ligeramente maquilladas, repeinadas, uniforme planchado, zapatos limpios y la mejor de las sonrisas…Un poquito nerviosas por ver tanta gente nueva en la sala de tripulaciones, otro poquito emocionadas porque el gran día había llegado y por supuesto con un pavor brutal por saber quién sería la «supervisora» (buuuh qué miedoo) que nos haría el primer informe y determinaría si podíamos seguir volando, o si deberíamos cargar con la cruz de «tunopasaselperiododeprueba». Sólo volábamos 2 azafatas en cada avión, así que si tu compañera te caía bien, genial…si te caía mal, pues podían pasar dos cosas: Que le hicieras las vida imposible si tú eras la jefa de cabina, o que te la hiciera ella a tí si iba como sobrecargo.
Es gracioso pensar en el miedo y el respeto que teníamos a las «supervisoras». Y al fin y al cabo eran una niñas con un par de años más que tú, que solían hacer vuelos charter (sí, en esta compañía, hacer un charter con un equipo de fútbol, era lo máximo a lo que podías aspirar) y que se creían que se iban a comer el mundo porque en sus manos estaba la decisión de renovarte el contrato, o de echarte a la calle. Los 10 motivos principales eran los siguientes (muy justificables, claro)
  • Que llevaras más de 2 horquillas en la cabeza
  • Que llevaras 2 horquillas en la cabeza, y que no fueran del color de tu pelo
  • Que los pilotos te hicieran más caso que a ellas
  • Que fueras demasiado mona
  • Que fueras demasiado fea
  • Que un día te olvidaras de cuántas Coca-Colas caben en el carrito de las bebidas
  • Que propusieras hacer un descanso de 10 minutos en una escala después de pasarte  30, arrastrando las rodillas por el pasillo del avión para mirar si algún gracioso se había llevado el chaleco.
  • Que la sombra de ojos «azul azafata» te diera alergia
  • Que tardaras más de 30 segundos en dar 52 periódicos y 52 toallitas calientes
  • Que por alguna razón, no fueras digna de pertenecer al club de las trolley-dolley
  • Por suerte, mi primer vuelo fue bueno. No había supervisoras disponibles y me tocó volar con un chica majísima que me enseñó un montón de cosas en una línea poco apetecible (Valencia-Palma-Valencia-Ibiza-Valencia-Madrid-Palma-Valencia). Vuelos de 45 minutos, dando un servicio de bar + frutos secos en las islas, y una cena con comida y bebida en el Valencia- Madrid)…Creí directamente que me suicidaba. Cuando aterrizamos en Valencia intenté tirarme por la puerta sin esperar a que pusieran la escalera, con tan mala suerte que el avión tenía escalera propia…
    Mi compañera me dijo: «bueno, hoy ha sido un día tranquilo, solo hemos llegado con 1 hora y 45 minutos de retraso, la línea ha sido corta, hemos tenido pocas turbulencias y no te ha tocado supervisora. Generalmente las chicas salen asustadas después de volar con ellas…has tenido suerte para ser tu primer día!»
    En ese momento me dí cuenta de que pese a mi intento fallido de suicidio, me iba a gustar el tema de la aviación. Si ellas eran malas, yo lo iba a ser más. Era mi objetivo… llegar a ser una diva de los charters y encontrarme face to face con ellas.

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